domingo, 13 de abril de 2008

Inteligencia Léxica: Decálogo del Moderno Hablador

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Jóvenes modernos de hoy:


Hoy me dirijo a vosotros. Vosotros que lleváis gafas de sol en un garito donde hay un 10% de iluminación sólo porque es molón, que lleváis cintas para el sudor de la frente pese a que la carrera más dura que os habéis pegado fue porque se os acababa la hora límite para entrar por lista, vosotros que calzáis zapatillas Victoria aún sabiendo que su plantilla es, para los hongos, mejor que el clima otoñal. Vosotros, atrevidos cuanto menos, rompedores de los esquemas, obradores de milagros que tornáis lo peculiar en estereotipo puro y duro. Vosotros que clasificáis lo inclasificable.

Grabaos esto con boli bic en la goma de vuestras converse: Sólo podréis liberaros de las cadenas del H&M teniendo una verdadera y auténtica actitud guay.



¿Y qué es el lenguaje si no el reflejo de la actitud?




Mejíalaquejica os quiere y os protege, por ello os regala el nuevo y mejorado



DECÁLOGO DEL MODERNO HABLADOR



1.- Ninguna palabra da miedo. Ni siquiera “guay”.


2.- No juntarás más de un término anglosajón en la misma frase.


3.- Recuperar palabras y frases antiguas está muy bien (mira el punto 1): cantidubi, tutiplén, a gogó, moliqui... Son expresiones que nutren la personalidad.


4.- Las coletillas son muy válidas: varíalas cada cierto tiempo, combínalas y sobretodo enorgullécete de ellas.


5.- No te engañes, la verdadera libertad lingüística la alcanzarás leyendo.


6.- Te he dicho que no te engañes: además de leer tienes que comprender lo que lees. Piensa, aprende.


7.- La humildad es el primer escalón de la escalera que lleva a ser grandioso: una vez la alcances, podrás subir a lo más alto.


8.- Inteligencia léxica y pedantería no son sinónimos. El que tiene registros, también sabe cuándo y cómo utilizarlos, y eso es lo más importante. La potencia sin control no sirve de nada y el lenguaje resulta inútil si los demás no pueden entenderte.


9.- Combinar argots mola. Las frases hechas y refranes, también. Exceptuando el de “una imágen vale más que mil palabras” : una frase bien dicha en el momento oportuno seduce más que mil escotes.


10.- Y el octavo día Dios creó la ironía. Es una obra divina, trátala como tal.


PLUS:


11.- Recuperar frases pasadas de moda está muy bien, pero está mucho mejor crearlas. Las palabras tienen más versatilidad que, incluso, los jeans.

¡Tú también puedes nomenclar el mundo!


12.- Las palabras tienen un poder infinito. Si vas a herir con ellas, que sea de un tajo limpio, nada de mediocridades. Incluso para hacer daño hay que saber hacerlo bien. Y, como todo en esta vida, asume todas las consecuencias hasta el final.



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