viernes, 25 de mayo de 2007

snacks: pollos & diamantes


Una vez más, he desempolvado las chirucas y me he subido a lo alto de un promontorio (de altitud variable) para hacer de vuestro mesías. He venido a compartir con vosotros esta revelación que he tenido:

Como no soy comparable con Zaratustra, en este caso hablaremos de aperitivos.
Específicamente de las patatas Hacendado con sabor a pollo asado (fabricadas por grefusa), que - ¡oh, milagro! - saben verdaderamente a pollo asado.
Estoy empezando una tesis muy completa sobre este hecho, que será concluida cuando la bolsa de 160gr se acabe también.
Cuando probé la primera patata, inmediatamente me vino a la mente la escena de Matrix en la que Neo está comiendo esa especie de arroz con leche, a base de proteína unicelular, (que por cierto, que alguien me explique cómo una proteína puede ser unicelular) y entonces el chavalín que tiene por apodo Ratón dice eso de “¿cómo sabrá Matrix el sabor del pollo? A lo mejor se equivocó y por eso hay tantas cosas que saben a pollo.”

Me visualicé la película para cerciorarme de aquello, y sí.
Después, seguí mis investigaciones a la hora de la cena, dando a mi paladar la misión de desentrañar los misterios del saborizante que contiene la patata frita (unicelular) y eureka! No saben a pollo asado! Sino a una especia que se le echa siempre al pollo cuando se le asa, que junto con el aceite de la fritura patatíl, imita el sabor de la salsa del pollo asado.
Porque claro, ¿por qué sabe a “asado” y no a pollo frito? He aquí la respuesta. Al gustarlo, asociamos ese sabor con el pollo asado y pensamos: “que jodíos, si que sabe a pollo de verdad”.


Qué truco psicológico más sibilino!



Cuando me leo, me recuerdo al profesor Farnsworth de futurama, cuando explica sus inventos y sus teorías. Qué bonito.






Matrix, Futurama, Mercadona... el futuro es hoy.

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martes, 1 de mayo de 2007

Corre, que me da la risa





A veces creo que no voy a poder frenarme nunca.
A veces creo que voy a morir de un infarto (cerebral) antes de podernos ir de viaje. No tan a veces suelo pensar que cuando muera, lo haré creyendo que soy otra persona, y moriré mentalmente mucho antes que fisiologicamente. Y si no, hay muchas posibilidades de que muera este próximo 18 de mayo, junto a todos mis compañeros, y por mí primero.
Me estoy leyendo un libro que me está cambiando la vida: La insportable levedad del ser (hola lucy!). Es como leer una biografía de ti mismo, como si cada página se escribiera con lo que has pensado la noche anterior, con cómo te has sentido la semana pasada, y sin duda, es una premonición de cómo te sentirás de aquí a unos años/meses/días.
A veces creo que vivo en un constante deseo de caer.


A veces creo que vivo en la cima de la pirámide de Maslow, que tengo unas nuevas necesidades no clasificadas, no nominalizadas, las cuales no puedo satisfacer, y por ello sufro ("porque el hombre no se conforma con vivir, quiere vivir bien"). ¿Qué puede querer el hombre una vez auto-realizado? ¿Serán las religiones la alternativa de los hombres auto-realizados con sed de "ir más allá"? ¿Qué pasa cuando alguien completa todas las necesidades estipuladas? ¿Esque psicologicamente no existen más? ¿Nadie puede querer nada más?




"La idea de no poder ser más feliz de lo que ya he sido, precisamente me hace no serlo."
Alicia Plaza




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